{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Uno de los rostros más icónicos de la televisión en España dice adiós definitivamente. Ana Blanco se jubila y se despide de los espectadores este sábado, 24 de febrero, cuando presente la próxima edición de 'Informe Semanal'. En un comunicado, Televisión Española ha explicado que "después de más de tres décadas en la televisión pública, Ana Blanco ha decidido acogerse a la jubilación anticipada, que se hará efectiva el 29 de marzo".
La periodista, de 63 años, deja un inmenso legado en el que, como destaca la corporación, sobresalen el rigor y la profesionalidad. En reconocimiento, la comunicadora ha recibido numerosos premios a lo largo de esas décadas: Antena de Oro, premio Ondas, Premio de la Academia de Televisión, TP de Oro, premio del Club Internacional de Prensa, premio de comunicación Manuel Alonso Visedo, Premio Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón, un Micrófono de Oro y la insignia de Caballero de la Orden Nacional del Mérito de la Embajada de Francia en España.entre otras distinciones.
Desde el pasado mes de septiembre Blanco venía presentando el veterano ‘Informe semanal’, espacio que además presentó entre 2007 y 2009. El pasado otoño estuvo también al frente de la serie documental ‘Todo cambia’, que analizó el pasado, presente y futuro de la sociedad española.
Dueña de una voz seductora, comenzó su carrera profesiona en la radio, en Los 40 de Bilbao. Más tarde recaló en Telemadrid, donde trabajó con Agustín Bravo como presentadora de un programa cultural. Sin embargo, en TVE su carrera ha estado ligada a los informativos. Comenzó en la televisión pública como presentadora del Telediario Fin de Semana. Su rostro y su voz fueron los que trasladaron a millones de españoles durante más de tres décadas algunos momentos históricos: la abdicación de Rey Juan Carlos y posterior coronación de Felipe VI; los programas especiales por los intentados del 11-S y el 11-M; la victoria de la Selección Española en el Mundial de Sudáfrica; la evolución de la pandemia del coronavirus; numerosos debates electorales o el reciente estallido de la guerra en Ucrania con Rusia.
Blanco nació en 1961 en Euskadi, sin que haya constancia de la fecha concreta. Su padre era obrero y su madre, ama de casa. Tiene dos hermanos, que también se dedican al periodismo.
Hermética en su vida privada, solo hay una imagen pública de Ana Blanco y su marido, el periodista Juan Carlos Bolland. La única vez en la que la prensa ha conseguido capturar con su cámara a la pareja fue en 2012 en la inauguración de la exposición de Hopper en el Museo Thyssen.
Juan Carlos Bolland es socio director y cofundador de la agencia de comunicación Comco. El marido de Ana Blanco también fue periodista financiero en Expansión, Canal Plus, CNN+ y Mercado. Licenciado en Derecho en la Universidad de Deusto, donde conoció a la periodista, Bolland empezó a trabajar como periodista tras hacer el Master de Periodismo de El País y la Universidad Autónoma de Madrid. La pareja no ha tenido hijos y su unión parece estable.
Periodismo no fue la primera carrera de Ana Blanco. La periodista se licenció en Pedagogía en la Universidad de Deusto. Con el título en la mano, cursó dos años de Periodismo.
La comunicación prendió fuerte en ella, al punto de que se trasladó a Madrid, donde empezó a trabajar en distintos medios.
Amante de la música y, en especial, de canta-autores como Cecilia, Pablo Milanés o Joan Manuel Serrat, Blanco tiene otras dos grandes pasiones: el golf y la novela negra.
En este género, es fan de muchos autores, pero su escritora favorita es la norteamericana afincada en Venecia Donna Leon, a cuyos libros dedica buena parte de sus vacaciones, momento en el que también se 'da permiso' para dejar de estar informada: ni informativos ni periódicos.
En sus 32 años de carrera, Blanco ha logrado crear un estilo propio, prácticamente inalterable y muy reconocible. En pantalla siempre ha optado por chaquetas estructuradas en colores lisos, normalmente sólidos, aunque sin despreciar los tonos pastel.
Pero si hay algo reconocible en la imagen de Ana Blanco es su pelo, prácticamente inalterable en estos 30 años. En toda su vida televisiva, la periodista ha lucido melena castaña a la altura de los hombros coronada por un flequillo más o menos recto. Hoy también luce alguna mecha y alguna cana que dan luz y profundidad al cabello, junto a un flequillo más suave e integrado en el peinado.
Ana Blanco se ciñe a la perfección a los cánones que se le pide a una presentadora de informativos: imagen agradable, depurada y serena, algo que, según comentan los estilistas de televisión, es incompatible con las melenas largas y rizadas o los maquillajes excesivos, con la excepción de otra histórica: Ángeles Caso.
En el caso de la periodista, no tuvo que hacer ningún esfuerzo por ajustarse a estos cánones, creados al milímetro para lograr la ansiada credibilidad. Quienes la conocen afirman que ese estilo tranquilo, sereno y confiable forma parte de su personalidad, aderezada por un sentido del humor que no se deja ver en pantalla. Junto al timbre sosegado de su voz y su dicción tranquila, se diría que la periodista estaba predestinada a presentar uno de los informativos de mayor audiencia. A partir del próximo sábado, la recordaremos como una de las mejores comunicadoras de la pequeña pantalla. La pregunta es si desaparecerá del ojo público o se reinventará. ¿Por qué no hacerlo, con apenas 63 años y en plenas facultades?